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julio 05, 2017

Día 6 - MET y paseo por Central Park

Amanecemos relajados (una de las cosas buenas de este viaje, es que 9 días son más que suficientes para darse unos buenos recorridos tranquilamente por Nueva York) y por ello, encaro Madison Avenue para atravesar Central Park hasta el Metropolitan Museum of Art (The Met).

Quizás fruto de que ya había visitado anteriormente tanto el Museo del Louvre, como el British Museum, de primeras no es el museo que más me gustó de todo Nueva York (si tuviera que clasificarlos en orden de prioridad, diría que el que más me gusto fue el American Museum of Natural History, el MoMa y luego empatados el Met y el Guggenheim, si bien este último, me gustó por su sencillez a la hora de visitar).




Pero vamos a lo que importa, la descripción del Met. Este museo al igual que los grandes museos metropolitanos anteriormente enumerados, el principal problema que le veo, es que puede avasallarnos mucho, el verlo todo en un día. Es de esa clase de museos, igual que El Prado, que es mejor ir visitando un día una sección, otro día otra, etc, pero trataré de resumir las cosas que más me gustaron del museo.

En general tiene mucho arte de pintores americanos, sobretodo de a partir del siglo XVIII, aunque también tiene algunos cuadros de Picasso. de Velázquez, de Modigliani, que merecen sin duda mucho la pena.



Por otro lado, destaca también su colección de arte egipcio y griego y lo que me resultó más interesante, de civilizaciones de zonas como Papua Nueva Guinea, que era muy muy curioso. Es cierto que para mi gusto, si has visitado alguno de los citados anteriormente, me parece que no alcanza su nivel (entre el Louvre y el British tienen casi todo el arte egipcio y griego), pero si nunca has visitado un museo de este tipo, ver sarcófagos o templos antiguos montados dentro del museo, es bastante interesante.







Luego una de las exposiciones curiosas (creo que itinerante) que tenían dentro del museo, era sobre instrumentos musicales. Diferentes violines Stradivarius, pianos de época y algunos experimentos de instrumentos, que se ve que no llegaron a triunfar en la época, pero que por sus diseños, pueden llegar a sorprendernos.



Una vez visto el Met me dirigí dando un paseo por Central Park. Es el gran pulmón de Manhattan y si habéis subido en el helicóptero, o al Top of the Rock, es que realmente es gigantesco.

Está lleno de zonas verdes donde muchos neoyorquinos van a correr, aunque también hay muchas pistas de béisbol, donde no es raro encontrarse grupos de chavales jugando. La verdad es que merece la pena perderse, sobretodo por esa rara sensación de estar en un parque rodeado de rascacielos, que parecen alejarse cada vez más mientras das un paseo. Y si tienes tiempo y te apetece merendar, ¿Por qué no comerse un perrito caliente?



Para comer algo, decidí probar el Hard Rock Cafe que está en Broadway. El precio no me pareció excesivo, y la verdad es que el ambiente era entretenido y los camareros muy amables. Cuando entrabas te encontrabas varias guitarras que habían pertenecido a Los Beatles, así como un montón de posters de grupos conocidos como los Rolling Stones.



A continuación, simplemente me dediqué a seguir paseando un poco por la ciudad, y acabar de nuevo en mi hotel. Para no saturarme y dado que gozaba de suficientes días, mi idea era no irme quemando muchísimo en museos, sino intentar ir a museos, pero luego tener cada día tiempo libre para descansar y desconectar un poco de los museos (seguro que os pasará, que después de unas horas en los museos, necesitaréis parar, y al final salir a tomar el aire).

Por cierto, la entrada en el MET era voluntaria. Es decir, podías donar lo que quisieras para entrar (sí, como si quieres pagar 1$). Yo por indicaciones de "sugerencia" según la máquina donde compré el ticket, indiqué que quería pagar la de estudiante que eran unos 12$.



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